La empresa dueña de la planta ubicada en la rotonda de
Gutiérrez anunció que interrumpirá la fabricación de calzado y decenas de
obreros textiles serán desempleados. El gremio busca un pago justo.
Al menos 70 obreros que trabajan en la fábrica Alpargatas se
quedarán en la calle luego de la firma de origen brasileño informara que
discontinuará la elaboración de calzado en la planta de Florencio Varela. Sin
respuesta, el gremio busca al menos que los despedidos obtengan la
indemnización adecuada a los años de servicio prestados.
La firma ya había dado signos de agotamiento y antes de que
finalice 2016 comenzó con las suspensiones y los retiros voluntarios. Las
charlas con los representantes sindicales no había arribado a buen puerto y
nada hacía prever que la situación fuera a acomodarse en los primeros meses de
2017.
"Hemos empezado de la peor manera. Alpargatas ha
dispuesto discontinuar todo lo que es producción de calzado por lo que va a
haber alrededor de 70 compañeros que se quedarán sin trabajo. Estamos tratando
de informarle a la gente y exigirle a la empresa que pague todo lo que
corresponde por ley", confirmó el secretario General de la Asociación de
Obreros Textil seccional Quilmes, Varela y Berazategui, Rodolfo Sánchez.
Al parecer, la determinación de la firma viene como
correlato de la apertura de las importaciones y la posibilidad de ingresar
productos desde Asia a muy bajo costo. Sin embargo, pese a que la baja en la
producción era notoria, nada hacía prever que de un día para el otro casi un
centenar de obreros pasarían a formar parte de la nómina de desempleados.
Sobre el accionar de la empresa y la visión del sindicato
sobre la forma que utilizó la firma para llegar a este desenlace, el
sindicalista manifestó: "Estas empresas multinacionales, dicen que siempre
pierden, y hoy lo que alegan es que al haber un gobierno que promueve la
importación, les lleva a tomar esa medida".
Una crítica general
Tanto la firma como el sindicato coinciden en que esta
situación es análoga con otras que ocurren en todo el país. "Desde el año
pasado vemos muchas dificultades en el sector. La situación es la misma que ya
se vivió en el interior. Ya hemos hablado con el gobierno. Pareciera que no está
apuntando a que sea un país productivo e industrializado" expresó Sánchez.
Hasta el momento, la respuesta del gremio fue "apuntar
a que se pague lo justo" y no se ha hablado aún de luchar por las
reincorporaciones de los obreros despedidos.
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