El flamante intendente hará la
vista gorda en la rendición de cuentas 2015 y los negociados de la UnTref.
El macrista Diego Valenzuela
ensaya una alianza border con el peronismo para garantizarse la gobernabilidad
en Tres de Febrero. El acuerdo con el ex intendente Hugo Curto, advertido por
la oposición del distrito, incluye cuestiones sensibles como hacer la vista
gorda en la rendición de cuentas de 2015 y no aportar a la investigación de la
Universidad local que funcionó según hipótesis judiciales como una caja
discrecional del gobierno K.
En el distrito, hay bronca con el
intendente del PRO porque aún no pegó el salto de la gestión anterior. “No hubo
ningún cambio de fondo. Las mismas empresas siguen trabajando, mantuvo a gran
parte de la estructura municipal y todavía no bajó a los barrios”, resumía un
concejal esta mañana.
La política de Valenzuela de
ocultar bajo la alfombra las irregularidades heredadas, es coherente con el
"Modelo Ballena" del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que convenció a
Macri que no hay que denunciar el desquicio que dejó el kirchnerismo, lo que
ayer le causó un encontronazo con la cúpula del radicalismo.
Fuentes locales aseguraron a LPO
que en el corto plazo, uno de los desafíos del curtismo es lograr que Cambiemos
apruebe la rendición de cuentas de 2015 que dejó el cacique derrotado, y no
complique al intendente en el Tribunal de Cuentas de la provincia.
No hubo ningún cambio de fondo.
Las mismas empresas siguen trabajando, mantuvo a gran parte de la estructura
municipal y no quiere denunciar los negociados de la gestión Curto, denuncia la
oposición a Valenzuela.
Antes del 31 de marzo tiene que
ingresar la Rendición. Después, el Concejo tiene 60 días para aprobarla o
rechazarla. Si se pasa ese período, automáticamente queda aprobada. En la
oposición sostienen que el oficialismo estirará el tratamiento para mantener al
peronismo en vilo hasta último momento.
Durante el año pasado, la
oposición a Curto hablaba de graves problemas en su administración, con
presuntos desvíos de fondos federales para la urbanizacion de villas, y
denuncias por subejecuciones de partidas de salud y educación.
El diálogo en el Concejo se da
entre el presidente del cuerpo, Sergio Iacovino (de Valenzuela), y Máximo
Rodríguez, titular del bloque del FPV. Rodríguez es hombre de confianza de
Curto y fue uno de los que hizo la transición. Además, es uno de los
integrantes de la Junta Electoral votada ayer por el Congreso del PJ, para
llevar adelante las elecciones internas el 8 de mayo.
La investigación de los
negociados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) con el
kirchnerismo también tienen que ver con Rodríguez, supuestamente envuelto en
los contratos cruzados de la casa de estudios y Nación. Se suma a la buena
relación y vínculo previo que Valenzuela mantiene con Aníbal Jozami, rector de
la Untref.
El fiscal federal, Guillermo
Marijuan, inició a principios de mes una investigación de oficio para
determinar los detalles de las transferencias que hizo el Estado a la
Universidad, a ésta y a otras del conurbano, también en el ojo de la tormenta.
Después del revuelo que generó la
designación del polémico secretario de Seguridad, Juan Manuel Lucioni, la
gestión de Valenzuela encapsuló su comunicación y se limitó a las redes
sociales. Lucioni renunció a fines de noviembre a la jefatura de Seguridad de
Nordelta. Es hijo de un militar asesinado en 1976 por Montoneros, y ha tenido
polémicas declaraciones reivindicando el terrorismo de Estado.
El Concejo en llamas
El oficialismo está obligado a
lanzarse a alianzas con el peronismo, debido a la relación de fuerzas que hay
en el Concejo. Valenzuela cuenta por ahora con 11 concejales, sumando a los
propios y a los aliados del GEN y el massismo. Pero hay dos concejales que
amenazan con abrirse monobloques debilitando a esta primera minoría
La oposición se agrupó en un
interbloque al que bautizaron esta semana Peronismo Renovador, con 6
concejales, integrado por los bloques de Marcela “La Tigresa” Acuña y el de
Martín Jofré. Los 7 restantes son los del FPV, divididos en distintas
facciones.
El Concejo es un verdadero caos
por estos días, según comentaron fuentes que trabajan allí. Valenzuela se lanzó
a remodelarlo todo y los concejales se quedaron sin oficinas. Sin licitación
que se conozca, iniciaron una obra para refaccionar el subsuelo donde están los
ediles, y la planta baja donde está la presidencia y otro puñado de oficinas.
Algunos concejales opositores ya plantearon que es necesario auditar las
contrataciones que dispuso el flamante intendente.
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