El Gobierno nacional ofertó un 40
por ciento de aumento a los gremios docentes, unos 16 puntos por encima de la
última oferta que puso sobre la mesa la administración Vidal, que queda muy
comprometida para encarar la próxima reunión.
Esa cifra, vale recordar, marca
el “piso” de negociación para cada una de las negociaciones provinciales. Así,
Esteban Bullrich deja expuesta la “flaca” oferta salarial de Vidal y del DGE
Alejandro Finocchiaro.
El primer tramo del aumento fija
el piso en 7.800 pesos, un 28 por ciento de aumento respecto de los 6.060 que
implica hoy, a partir de febrero, y el segundo lo eleva a 8.500 pesos, en
julio, completando el cuarenta por ciento que se reclama en Buenos Aires. Pero
hay más: el ministro se comprometió a dejar la paritaria abierta, algo que
también reclaman los bonaerenses.
Si bien es cierto que la Nación
suele fijar un piso nominal, también lo es que los gremios en Provincia suelen
asirse de la implicancia porcentual de lo que deriva de esa negociación, con lo
cual es esperable que la negociación bonaerense se dilate.
El propio Roberto Baradel,
titular del SUTEBA, lo hizo explícito a la salida de la reunión mantenida hoy
en la Capital Federal, donde recriminó a las Provincias que hicieron
“propuestas muy por debajo de la que estamos recibiendo hoy”.
“Esto se tiene que modificar, los
gobiernos tienen que dar una propuesta digna a los trabajadores de la educación
y honrar los compromisos que asumieron en las campañas”, afirmó, anticipando la
postura que marcará cuando vuelva a sentarse con las autoridades bonaerenses.
La compleja situación que
enfrentará Vidal tiene un antecedente no muy lejano. En 2007, durante la
administración de Felipe Solá, el entonces ministro Nacional Daniel Filmus
ofreció una recomposición que, consideraba el bonaerense, era imposible de
empardar. El conflicto derivó en la renuncia de su ministro de Economía,
Gerardo Otero.
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