Fue Julián Dindart, al frente de
la Comisión de Familia. Quiso echar a la prensa y a asesores para que no
escuchen.
El diputado de Cambiemos Julián
Dindart intentó desalojar la Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia,
para ratificar que, según su diagnóstico, las adolescentes en situación de
pobreza se embarazan para cobrar planes sociales.
Los diputados de la oposición
debieron recordarle al radical que se trataba de una reunión de Comisión
ordinaria y pública y, por lo tanto, no podía elegir quién se acercaba a
escucharlo.
No fue el caso de los diputados
de Cambiemos, inmóviles ante la insistencia de su compañero de echar a todos
los que no fueran diputados. La única excepción fue Carla Carrizo: “Me parece
que este no es el ámbito para hacer una descargo. Empecemos con el temario”,
intentó ubicarlo la cordobesa.
Representantes de la prensa, aclaraban que el intento de desalojo era un claro acto de
censura en el Congreso nacional, como no se recuerda hace mucho tiempo.
Las reuniones de comisión sólo
pueden ser privadas si afectan alguna cuestión de Estado sensible, como ocurre
con temas de inteligencia, pero siempre con amparo reglamentario y no ante la
decisión de un diputado.
El intento de vaciar la sala fue
avalado por los diputados de Cambiemos Eduardo Amadeo, la radical correntina
Mercedes Sehman (tensa cuando la sala no se vaciaba), Gabriela Burgos, Yanina
Gayol y Samanta Acerenza.
Menos abrieron la boca cuando
Dindart, en su descargo, con periodistas y asesores ya otra vez en la sala,
insistió en que muchas adolescentes se embarazan para cobrar los 400 pesos de
la asignación universal por hijo.
“Hay madres adolescentes que no
ayudamos a salir de la pobreza y la única opción que tiene es seguir en ese
lugar y esperar que alguien les de una mano y no se la da”, se lamentó el ex
ministro de Salud de Corrientes, pediatra de profesión.
Y siguió: “Todas aquellas que
reciben alguna asignación por hijo buscan tener otro para tener un poco más de
dinero. Eso es una realidad técnica. Acá no podemos ser hipócritas”, desafió.
“Miren las normas nacionales. La
asignación es una causa del embarazo adolescente, porque 400 pesos para una
persona de externa pobreza es mucho”, agregó Dindart.
Ante tamaña sentencia, ni el
relato de las amenazas que recibió logró calmar a las diputadas. “No hay mayor
violencia que seguir estigmatizando a quienes ya están estigmatizadas. Nosotros
tenemos una deudas con esa pobreza”, lo cruzó Victoria Donda, de Libres del
Sur.
La mendocina Soledad Sosa, del
Frente de Izquierda, insistió en que lo mejor era rever si Dindart es la mejor
persona para presidir la comisión de Familia, moción que había hecho al
comienzo de la reunión y que Donda desechó.
“Es un acuerdo de mayorías. Lo
que sí quiero denunciar es el desastroso funcionamiento de la comisión: sólo se
reunió para constituir autoridades”, fue la respuesta de la diputada de Libres
del Sur.
El correntino, de todos modos,
aclaró que pensará si quiere seguir al frente de una comisión donde no es
bienvenido.
Estos seis meses evitó reunirla
para no hacer referirse a sus polémicas declaraciones, que finalmente ratificó
sin pestañar. “Yo recorro el conurbano y no veo que los embarazos adolescentes
se deban a los planes”, gritó María Guerín, de Frente para la Victoria-PJ.
“Cuando son menores puede haber
sospecha de abuso. Lo que usted dice tiene un sesgo misógino”, lo acusó, con
calma, la cordobesa Gabriela Estévez, también del FpV.
“Lean las normas del Ministerio
de Salud”, repetía Dindart y sólo lograba levantar murmullos. Molesta, Carrizo
pedía empezar con el temario cuanto antes.
Pero nada mejoró: los diputados
de Cambiemos se fueron y no dieron quórum para emitir dictamen sobre la
emergencia de violencia de género, aprobada en el Senado. Se suponía que era el
tema del día. Pero no lo fue.
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