En un mano a mano,
el presidente del Tribunal de Cuentas, Eduardo Grinberg, habló de la denuncia
contra la administración de Daniel Scioli, las internas en el organismo y la lucha
contra la corrupción.
A pocos meses de cumplir 30 años
al frente del Tribunal de Cuentas, Eduardo Grinberg recibió a La Tecla en su
am-plio despacho de calle 53 y 12, en la capital provincial. Afuera, con bombos
y megáfonos, trabajadores estatales encabezaban una multitudinaria marchaa Casa
de Gobierno. Adentro, en un clima apacible, el “doctor” -como le dicen sus
colaboradores- se refirió a la situación actual que atraviesa el or-ganismo, en
medio de la denuncia contra la antigua administración bonaerense, a la que
vinculó con “tintes políticos” y la polémica por el nombramiento de familiares
en el tribunal. Asimismo habló de la lucha contra la corrupción, descartó
presiones internas y externas, y serefirió a las diferencias con los demás
miembros del cuerpo.
-En los últimos meses, el
Tribunal de Cuentas estuvo en el centro de la escena mediática a raíz de una
serie de allanamientos por parte de la Justicia, en el marco de una
investigación contra la antigua administración bonaerense ¿Qué fue lo que pasó?
-Esta denuncia, que se inicia
contra la administración anterior, tiene un alto contenido político y
mediático; y, naturalmente, tiene al tribunal como principal fuente de
información. En estos meses, efectivamente, el organismo ha tenido más
presencia en los medios, con todos los ingredientes que aparecen en estas
circunstancias: operaciones de prensa, ataques externos e internos, fallas en
el sistema, manos negras. Lo que sucedió fue que una funcionaria detectó la
desaparición de un archivo. Como no pudo corregirlo con sus superiores,
presentó una nota, y promovimos una investigación interna. Ella, por decisión
personal, acudió a la Fiscalía del doctor (Alvaro) Garganta, donde radicó la
denuncia. El fiscal decidió el allanamiento, que se cumplió exitosamente,
puesto que los funcionarios enviados por la Justicia pudieron hablar con todas
las personas y examinar todo lo que requerían. Y hay que destacar que se
preservó la información.
-¿Afectó al funcionamiento del
tribunal?
-Todo este clima, a veces lo desarticula
y puede hacer entrar en pánico a alguien en forma específica. O no. Estamos
viviendo un momento diferente, porque una denuncia contra toda una
administración anterior im-pacta. Pero nuestro único interés en esta causa es
que no se nos bloquee y no se nos impida cumplir con nuestro deber, que es
colaborar, auxiliar y asistir. No nos vamos a dejar amedrentar, ni van a poder
impedir que cumplamos con nuestras funciones.
-¿Ha recibido presiones
exteriores para que se aleje de su cargo?
-No. En general es un organismo
muy respetado. Su independencia siempre se respetó. Es un organismo que a veces
tiene menciones que se hacen desde la política, o desde los medios, con un
color u otro, con una intención u otra; pero no, presiones, de ninguna manera.
-¿Y presiones internas?
-Jamás permitiría recibir
presiones de ningún tipo. No se ha dado jamás una situación de ese tipo. El
tribunal no responde a intereses partidarios y es un organismo independiente. Y
cabe aclarar que, pese a lo que algunos medios han querido dar a entender, el
Tribunal de Cuentas está funcionando con absoluta normalidad. Este organismo de
control cuenta con una plantilla de 550 personas, y le aseguro que se trata de
hombres y mujeres profesionales y con un enorme compromiso con la misión del
Tribunal de Cuentas, y una admirable vocación por hacer un genuino aporte a la
provincia de Buenos Aires. Quiero dejar esto muy claro, para que no se
malinterprete ni se pretenda mancillar el buen nombre de quienes dedican sus
mejores esfuerzos desde este Tribunal de Cuentas.
-¿Dónde radican sus diferencias
con el vocal Héctor Giecco?
-Con Giecco son diferencias de
criterio y metodología en cuanto a cómo debe funcionar el Tribunal de Cuentas.
Yo impulso medidas de modernización y aplicación de tecnología, y Giecco
prefiere un funcionamiento más tradicional.
-¿Y con Cecilia Fernández?
-Cecilia Fernández es quien
audita las cuentas de la Gobernación, con sus ministerios y secretarías de
Estado. No existe relación jerárquica entre la presidencia del Tribunal y cada
una de las vocalías, sino una diferencia funcional.
Es la vocal la responsable de las
auditorías realizadas, por ejemplo, en Jefatura de Gabinete. A partir de la
denuncia contra Scioli por supuesto enriquecimiento ilícito y lavado de activos
que hizo la diputada Carrió, en junio he debido notificar a Cecilia Fernández
que su equipo debía comparecer ante la UFI Nº 11 de La Plata, a fin de
identificarse ante los órganos
de Justicia y ponerse a su
disposición.
-¿Cómo avanza la causa?
-Hoy el fiscal continúa en la
investigación, e incluso ha ordenado recientemente un allanamiento en la
mencionada vocalía. Es la Justicia la que determinará si allí se incurrió en un
delito de encubrimiento o no. Sólo la Justicia puede determinar semejante
valoración. No tengo ningún problema personal con esta vocal, pero que quede
claro que el tribunal que presido no tendrá concesiones en materia de
transparencia y colaboración con la Justicia. Es mi prioridad esclarecer esta
situación y deslindar responsabilidades.
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