Si bien la Legislatura de la
Ciudad aprobó que en Colegiales se construya una plaza, el Gobierno porteño
llevará adelante un ambicioso proyecto que incluye locales comerciales y
cocheras bajo tierra, pero con techo verde. La concesión a las empresas es por
30 años y pagarán un canon de $ 31 mil mensuales.
Cuando en 2007 la Legislatura
porteña aprobó que el predio comprendido entre las calles Dorrego y Concepción
Arenal debía convertirse en un espacio verde, nadie imaginó que nueve años más
tarde el Gobierno de la Ciudad lo convertiría en un shopping con cocheras y
techo verde. El 22 de enero, el Ministerio de Modernización, Innovación y
Tecnología, (que reemplazó a Desarrollo Económico y estaba a cargo de la obra)
adjudicó la licitación pública para la Construcción y Explotación de una Playa
de Estaciona-miento Subterránea Vecinal a la UTE integrada por las empresas
PROSPECT SA y BOROK Construcciones SRL, por la suma de 42 millones de pesos. El
ambicioso proyecto, que además contará con un SUM y locales comerciales, será
concesionado a las empresas por el término de 30 años a partir de la
finalización de la obra.
PLAZA SHOPPING
Quien primero advirtió sobre esta
situación fue la miembro de la Junta Comunal N° 13 por la Coalición Cívica,
Romina Braga. Alertada por un vecino del barrio que divisó operarios haciendo
un estudio del suelo, inició una investigación individual. Primero solicitó
información al Ministerio de Ambiente y Espacio Público, que no brindó
respuesta alguna. Días más tarde, el jefe de Gobierno porteño, Horacio
Rodríguez Larreta, confirmó las sospechas. “Se va a construir un
estacionamiento subterráneo y arriba, una especie de plaza, con un costadito de
espacio gastronómico que va a quedar bárbaro”, anunció en las redes sociales.
Mediante el Sistema de
Administración de Documentos Electrónicos (SADE), Braga accedió al expediente
que detallaba la licitación pública, los renders (modelo 3D) y toda la
información correspondiente al proyecto.
De acuerdo al documento, al que
tuvo acceso Qué, la construcción de la obra titulada “Dorrego Parking” contará
con cuatro niveles, de los cuales dos serán subterráneos y dos sobre el suelo,
con una altura total de seis metros. En el primer subsuelo (-6 metros a -7,20
metros.) se emplazarán 114 unidades de cocheras, sanitarios, un generador, una
sala de lavado y un depósito. En el segundo subsuelo (-3 metros) habrá 136
estacionamientos, más sanitarios y un SUM.
En tanto en el nivel cero, las
empresas constructoras a cargo propusieron “una calle peatonal verde, con
pasajes hacia todos los lados del conjunto, donde se desarrollarán actividades
complementarias: comerciales, gastronómicas, culturales y deportivas”.
En el último nivel (0 metros a 6
metros), el proyecto prevé la construcción de dos puentes verdes de uso
público, “que permiten completar el circuito aeróbico y sirven sus terrazas al
Distrito Audio-visual como tribunas verdes, para la organización de diversas
actividades culturales y deportivas. No sólo se permite el uso ‘plaza’, sino
cualquier actividad colectiva de los vecinos”.
Una vez finalizada la obra, la
UTE tendrá concesión de su uso y explotación, por lo que abonará a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires la suma de 31 mil pesos mensuales.
La conversión
El largo proceso de conversión de
la plaza a un shopping/cochera con techo verde llevó casi una década. Todo
comenzó en 2007, cuando la Legislatura aprobó la afectación de diversos predios
de la Ciudad como UP (Urbanización Parque). Dos años más tarde, el Par-lamento
sancionó la ley que creó el Sistema de Estacionamiento Vecinal (SEV), cuyo
objetivo era construir cocheras en distintas comunas para que los residentes
del barrio dejaran sus vehículos allí. Sin embargo, el artículo 11 de la
mencionada legislación facultaba al Poder Ejecutivo para que, en caso de
detectar similares necesidades en otras zonas de la Ciudad, “incremente hasta
un 30% la cantidad de playas de estacionamiento”.
Con este poder en sus manos, en
2012, el jefe de Gobierno porteño por aquel entonces, Mauricio Macri, firmó el
decreto de reglamentación de la normativa, y adicionó un apartado en el que
incluyó el espacio comprendido entre calles Dorrego y Concepción Arenal.
Durante los años subsiguientes
hubo una sucesión de trámites administrativos que, finalmente, devinieron en la
adjudicación del proyecto. Con una licitación fracasada de por medio, en 2015
la firma PROSPERT SA, en conjunto con BOROK Construcciones SRL, se alzó con el
premio mayor. No resultó difícil, puesto que fueron las únicas en presentar la
oferta en tiempo y forma.
El plan inicial de la UTE era aún
más ambicioso. Incluía canchas de fútbol, más locales comerciales y hasta una intervención
en la plaza Mafalda, contigua al predio en cuestión. La propuesta fue rechazada
y enviada a modificación. Una vez hechos los cambios, el Gobierno le dio el
visto bueno.
Para solventar los millonarios
gastos, la UTE solicitó un préstamo de hasta 60 millones de pesos al Banco
Comafi, a otorgarse una vez adjudicada la licitación. Asimismo, las firmas
conformaron un fideicomiso que les permitirá hacer frente al presupuesto en
cuestión. Quien girará el dinero será PORTLAND, cuyo dueño es Julio Gustavo
Menayed, el mismo titular de PROSPERT SA. Menayed fundó esta firma con la sola
intención de comprar los pliegos, unirse a BOROK Construcciones -del arquitecto
platense Marcelo Mindlin- y ganar la licitación pública. Dicho y hecho.
Críticas a la obra
Una de las voces más fuertes en
contra del proyecto es la de Romina Braga, quien aseguró que la construcción
del Dorrego Parking es una maniobra para “camuflar el incumplimiento de la
zonificación prevista por ley”. En esta línea apuntó contra las empresas que a
cambio de la inversión y la construcción “recibirán la concesión y usufructo
del predio por 30 años abonando a la Ciudad el canon irrisorio de $ 30.000
mensuales, mientras que las ganancias previstas por las empresas ascienden a
más de 400 mil pesos mensuales”.
Pero para Braga esta situación no
es una excepción, sino que confirma la regla: “La gestión de los espacios
públicos en la Ciudad de Buenos Aires por parte del PRO siempre deviene en
beneficios y emprendimientos privados”. No se dará por vencida y buscará que
plaza Clemente sea, como dice su nombre, una plaza, y no un shopping.
No hay comentarios:
Publicar un comentario