Partidos políticos y grupo de
Derechos Humanos realizaron un acto de re-señalización del excentro clandestino
de detención que el intendente confundió con un bache.
Organizaciones políticas,
sociales y de Derechos Humanos encabezaron ayer un acto en el excentro
cladestino de detención "Pozo de Quilmes" para repudiar los dichos
del intendente Martiniano Molina, quien lo confundió con un bache, y marcarle
el lugar donde se cometieron crímenes de lesa humandad durante la última
dictadura.
El encuentro se realizó ayer
luego de que el jefe comunal pidiera disculpas por "no haber escuchado la
pregunta" realizada por un periodista el 24 de marzo, mientras daba una
conferencia de prensa sobre el 40° aniversario del Golpe. Martiniano acusó al
periodista de "hablar bajo" y así explicó su furcio.
El Pozo de Quilmes, un ex centro
clandestino de detención, tortura y muerte, funcionó durante la última
dictadura cívico militar y dependía de la Brigada de Investigaciones de la
Policía Bonaerense. Allí, fueron secuestradas 251 personas y funcionó también
una maternidad clandestina. Es por ello que distintas organizaciones políticas
y de derechos humanos "reseñalizaron" el edificio ubicado en
Garibaldi y Allison Bell en el que hoy se encuentra la DDI de la Policía.
"Para nuestro intendente y
los argentinos que aun no saben, sepan que ese fue uno de los lugares
utilizados por la dictadura para violar los derechos humanos", expresan en
una de las pancartas que difundió el Frente para la Victoria.
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