La interna del partido centenario
dejó al bloque de concejales al borde de la ruptura. Desde el macrismo estallaron
en bronca por la presencia del Intendente en el día de la Lealtad.
El gobierno comunal de Carlos
Arroyo no logra escapar a los disgustos. Luego de lograr frenar la crisis
económica gracias a la ayuda de la provincia de Buenos Aires y al anuncio de la
llegada de $222.485.332 para obras de infraestructura en 2017, volvieron las
malas noticias.
Es que, según manifestaron a La
Tecla.Info, fuentes del Concejo Deliberante local, desde dos de los espacios
que integran la alianza Cambiemos pusieron el grito en el cielo por ciertos
manejos y el frente quedó al borde de la ruptura.
Por un parte, la brutal interna
de la Unión Cívica Radical amenaza con dejar al oficialismo sin mayoría en el
HCD, aunque algunos aseguran que eso ya ocurrió en las primeras horas del
miércoles. Sin embargo, por el momento no se hizo oficial la creación de un
nuevo bloque.
Conforme a lo manifestado, el
espacio que cuenta con cinco concejales quedaría conformado por uno de tres,
mientras que los restantes dos seguirían en el espacio. El quiebre se
produciría por la interna que lleva adelante la funcionaria comunal, Vilma
Baragiola, con el hombre del diputado Maximiliano Abad, , en la disputa por la
conducción del Comité Radical en Mar del Plata.
De esa manera, junto con
Baragiola, los concejales Gonzalo Quevedo, Nicolás Maiorano y Cristina Coria,
dejarían el espacio para formar un bloque propio y autónomo. Por ello, la
mayoría automática de Carlos Arroyo en el HCD quedó en suspenso y el Intendente
estaría preso de las negociaciones.
Por otra parte, desde La Feliz
expresaron a este medio que al conflicto boina blanca se le suma la bronca del
PRO puro. Desde las filas del macrismo, braman de bronca contra el alcalde por
su discurso ante militantes peronistas en el marco del Día de la Lealtad del
pasado 17 de octubre, donde llegó a expresar que la comuna "necesita una
intendencia peronista".
Si bien en el PRO solo prioriza
la bronca y los ánimos no llegan a la búsqueda de una ruptura, exigen explicaciones
a Arroyo y quieren garantías de que no vuelva a ocurrir algo similar.
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