Legisladores el oficialismo creen
que negociando de manera individual con el massismo y un grupo chico de
intendentes del PJ pueden obviar una partida especial (como la que hay ahora) y
dejar al grueso de los jefes comunales en posición debilitada de cara al año
electoral. El talón de Aquiles es la posibilidad de un PJ que vote unido.
Recién comienzan las
negociaciones para la aprobación del Presupuesto y la Ley Impositiva 2017; y el
punto neurálgico pasa por el reparto de la obra pública, fundamentalmente por
aquella que no está discriminada en las planillas anexas que La Tecla publicó
en forma exclusiva en su edición impresa.
Es decir, por la obra que los
intendentes piensan concretar a través de la reaparición del Fondo de
Infraestructura, que este año les permitió hacerse (en conjunto) de siete mil
millones de pesos para destinar a sus municipios (que en realidad fueron seis).
Como se sabe, en el Presupuesto
no aparecen ni el Fondo de Infraestructura ni el Fondo de Seguridad que los
intendentes lograron colar en el presupuesto de este año, a instancias de un
alto endeudamiento de la Provincia.
Los alcaldes se ilusionan con
tener nuevamente esa partida, y esperan conseguirla al fin de las
negociaciones. Sin embargo, no todos los intendentes piensan igual. Más aún, el
oficialismo está decidido a hacer los esfuerzos necesarios para evitar que le
saquen un monto fijo sobre el cual no tiene control. Y para ello tienen
estrategia.
Aplicar la vara no condice
demasiado con los principios de la alianza gobernante, pero está en los más
viejos y usados manuales de la política. Sencillamente, en el oficialismo
tratarán de negociar individualmente con los jefes comunales que tengan
representación en la Legislatura, y buscarán sacar la ley sin tener que ceder
el fondo de Infraestructura. El de Seguridad ya lo dan por caído, porque
“sirvió a los intendentes del Conurbano pero no a los del interior, que
prefieren tener más plata para obras”, según graficó un legislador.
Cambiemos apelará al egoísmo para
avanzar en la negociación del presupuesto. Los dos tercios necesarios para una
ley que contiene endeudamiento piensan conseguirlo, en principio con el
massismo y un grupo de intendentes del Conurbano que, sin ser mayoría dentro
del peronismo garantizan algunas manos con las cuales se accede al número
mágico de 31 senadores y 61 diputados
“El Fondo es una opción en un
esquema donde la otra alternativa es que los intendentes acuerden
individualmente las obras a cambio de las manos levantadas de sus
legisladores”, se sinceró un diputado oficialista ante la consulta de este
medio. Reconoció que eso es un reparto discrecional y no igualitario, pero que
hace a la política.
¿De dónde vendría el apoyo para
la movida? El massismo puede negociar tranquilamente obras de manera individual
para sus diez intendentes. Y en el disgregado peronismo algunos ven en la
iniciativa una buena salida para conseguir más para el municipio propio en
detrimento de otros “compañeros” que juegan separadamente en la política
interna. Esta opción individualista tiene color esmeralda.
En un año político la mejor
opción es que cada uno lleve agua para su molino sin que le sobre riego a quienes
están en otro partido. Así los ven en el oficialismo, y en sectores de la
oposición que también se juegan una ficha en la carrera de los cargos y tienen
en el presupuesto una llave para lograrlos.
“Prefiero elevarle más a los que
apoyan que a los otros”, fue contundente un legislador del PRO, quien agregó
“Vamos a tratar de juntar las manos, y la obra pública ordena”.
De avanzarse por este camino
quedan desamparados quienes no tienen representación legislativa; que luego
deberán acercarse al Ejecutivo para negociar partidas extra a las que aparecen
en el Presupuesto (que en algunos casos hasta podrían perder si hay readecuaciones).
Con la vara también se alinearía
a los jefes comunales del oficialismo. Son la mayoría pero nadie se animaría a
contradecir el deseo de una gobernadora cuya consideración popular sigue en
ascenso. Saben que quedarán condicionados, pero también saben que si no sacan
los pies del plato serán bien pagados. No supondría entonces un problema aunque
los radicales ya plantearon que pedirán e Fondo de Infraestructura, incluso
ampliado.
Por otra parte, para la Provincia
es fundamental en 2017 la responsabilidad fiscal, y cerrar el año con un
déficit que represente menos en términos de PBI de lo que representará el
déficit de 2016.
De todos modos, la estrategia
tiene su talón de Aquiles. Uno de los representantes legislativos que dialogó
con La Tecla lo tiene bien claro. “Si hay fondo es porque el peronismo se une y
obliga a que se ponga. Muchos peronistas piden juntarse porque ven el peligro
de que no tengan esa plata el año que viene. Hay que aporovechar el desorden
del peronismo”, sostuvo.
El desorden de lo que fue el
Frente para la Victoria es lo que por ahora favorece la estrategia de
Cambiemos, el FR y un grupito de intendentes del PJ que se muestra dialoguista.
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